La creciente afición a la observación de aves y por tanto, el aumento de "pajareros" en el campo disfrutando de la observación de estos interesantes seres alados, hace que se detecten mayor número de aves raras. Las nuevas tecnologías y el alto interés que generan estas observaciones, hace que las noticias corran como la pólvora.
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Estornino rosado (Pastor roseus). Foto: Samuel de la Torre. |
El caso que nos ocupa trata de la aparición de un estornino rosado (Pastor roseus), en la localidad madrileña de Daganzo de Arriba.
Fue el 30 de noviembre cuando nos llegó el aviso de que se estaba viendo un estornino rosado en esa localidad.
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Estornino rosado (Pastor roseus). Foto Samuel de la Torre. |
El estornino rosado es una especie reproductora en el Este de Europa (Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Grecia y Turquía, principalmente), y en Asia (Kirgistán, Kazajistán y Uzbequistán entre otros). Aunque hacen movimientos migratorios para pasar el invierno en el subcontinente indio, tiene movimientos irruptivos hacia el resto de Europa, dependiendo de la disponibilidad de alimento.
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Estornino rosado (Pastor roseus). Foto: Samuel de la Torre. |
Aunque es un visitante raro en la Península ibérica, ya en 2018, se registraron más de 70 observaciones de la especie, incluyendo un grupo de hasta 12 individuos, localizados principalmente en el Noroeste peninsular.
En este caso, era la primera vez que se observaba en la Comunidad de Madrid, y las noticias comunicaban lo confiado y localizado que se encontraba el animal, muy aquerenciado a un chalet adosado donde había un Caqui a la entrada, plagado de frutos, donde el estornino se alimentaba y descansaba de manera muy confiada, a pesar de los numerosos aficionados a la ornitología, que se estaban dando cita en el lugar.
Aunque de primeras nos produjo un poco de pereza, finalmente no quisimos desperdiciar la oportunidad de observar a tan sorpresivo visitante y varios socios de Anapri nos juntamos el día 3 de diciembre, animados por Bruno, que ya había estado el día anterior, y nos había enviado alguna foto que nos dio mucha envidia sana.
Nada más llegar, había varios ornitólogos observando y fotografiando. El ave estaba en el árbol, un par de fotos reguleras y el bicho se metió entre la vegetación más espesa del chalet. No tardó mucho en salir de nuevo y pudimos observarle con diferentes comportamientos.
Igual de cantarín que nuestros estorninos negros, nos deleitó con sus trinos en más de una ocasión, dando muestra de lo relajado que estaba. Otra cosa, era cuando se acercaban otras aves como gorriones o estorninos negros a alimentarse de los caquis. En esos momentos, emitía un chirriante reclamo, y perseguía a los intrusos hasta expulsarlos de su exquisita despensa.
También en una ocasión bajó al suelo junto a los restos de un caqui, para rápidamente subirse a la protección de las ramas.
Después de una hora y media de observación nos retiramos hacia nuestra localidad colmenareña.
Las posteriores noticias, nos indicaron que el último día que se vio en la zona fue el 5 de diciembre.
Unos pocos días, que sirvió para el disfrute de muchos pajareros.