martes, 26 de enero de 2021

Aves y nieve.

La gran nevada que nos trajo Filomena, nos ha acarreado una preocupación evidente, al complicar el acceso a la comida a gran parte de las aves, bien porque los insectos han desaparecido, o bien porque los vegetales y semillas de las que también se alimentan otras aves, también han quedado sepultadas bajo la espesa capa de nieve.
Una vez resuelto, en la medida de nuestras posibilidades, el acceso de comida a algunas aves urbanas, por medio del aporte en comederos, hemos podido disfrutar de muchas aves rodeadas de nieve. Aunque muchas aves lo habrán pasado fatal y desgraciadamente otras habrán fallecido, hemos podido comprobar como los pequeños claros descubiertos en nuestros campos por la presencia de ganado, han conseguido disponer de alimento para gran número de especies que se arremolinaban en estos mínimos e improvisados espacios.
En zonas encharcadas, las agachadizas comunes, eran capaces de sacar de debajo de la tierra innumerables lombrices con sus largos picos adaptados a tal efecto.

Agachadiza común (Gallinago gallinago)

En los diminutos cursos de agua formados por el incipiente deshielo, los patos cuchara filtraban con su desproporcionado pico el agua para obtener pequeños organismos de los que se alimentan.

Cuchara común (Anas clypeata)

Las gallinetas salían de sus charcas a pastar la hierba fresca que empezaba a quedar al descubierto.

Gallineta común (Gallinula chloropus)

Pequeños insectívoros como bisbitas, mosquiteros, petirrojos y zorzales, se movían de aquí para allá, buscando en los pequeños parches de vegetación rodeados de nieve, en busca de bichitos que les sirvieran de sustento en tan complicada situación.

Bisbita alpino (Anthus spinoletta)

Bisbita pratense (Anthus pratensis)

Mosquitero común (Phylloscopus collybita) y bisbita pratense

Petirrojo (Erithacus rubecula)

Zorzal común (Turdus philomelos)

Pardillos, trigueros, cogujadas, totovías y algún escribano soteño, encontraban con dificultad algunas semillas.

Escribano soteño (Emberiza cirlus)

Mientras alguna cigüeña despistada buscaba algún ratoncito, anfibio o algunos escarabajos.

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)

Observados desde una roca, con su críptico plumaje, por uno de nuestros mochuelos residentes.

Mochuelo europeo (Athene noctua)

Mientras en lo alto de una loma, un grupo de perdices continuaban camino, en busca de lugares más propicios para encontrar esa comida diaria.

Perdiz roja (Alectoris rufa)

Afortunadamente hemos podido comprobar como con gran esfuerzo un buen número de aves han conseguido salir adelante en esta nevada tan desproporcionada. Esperemos que siga nevando, cuando corresponda, pero de manera más suave, cosa que desgraciadamente no será posible si no se hace un gran esfuerzo en frenar el cambio climático.

lunes, 18 de enero de 2021

Agachadiza chica (Lymnocryptes minimus) en Colmenar Viejo.

El pasado jueves 14 de enero, nuestro compañero Samuel, detectó la presencia de una agachadiza chica (Lymnocryptes minimus), en una zona encharcada de Colmenar Viejo (Madrid). 
La agachadiza chica es una pequeña limícola de la familia Scolopacidae, al que también pertenecen la agachadiza común y la becada o chocha perdiz, y que procedente del Norte de Europa, pasa por la Península Ibérica en sus migraciones hacia África, quedándose a invernar de manera escasa y fragmentada, principalmente en el norte y oeste, tanto en zonas costeras como de interior.
Según los datos registrados en el Anuario Ornitológico de Madrid y en la plataforma e-bird, se puede ver a la especie en nuestra comunidad, desde Octubre a Abril, pero en número muy reducido.
Como la ocasión merecía la pena, varios compañeros de Anapri, nos acercamos al lugar a ver si teníamos suerte.

Agachadiza chica (Lymnocryptes minimus)

Al llegar vimos varias agachadizas comunes alimentándose, pero en un momento dado, vimos y escuchamos en vuelo un reclamo que no coincidía exactamente con el tamaño y sonido más conocido de su pariente. Al mirar, descubrimos a un  individuo descansando junto a una zarza, con el pico metido entre las plumas de la espalda. Seguros de que se trataba de la agachadiza chica, mantuvimos la atención bastantes minutos, para corroborar el avistamiento 100%. Desde otro ángulo, descubrimos que eran dos, los individuos del mismo tamaño que descansaban apaciblemente al abrigo de unas zarzas.

Agachadiza chica (Lymnocryptes minimus)

La paciencia nos hizo confirmar el avistamiento. Los dos individuos se desperezaban, mostrándonos dos de sus características identificativas, fundamentales para diferenciarlas de las agachadizas comunes. Píleo totalmente oscuro y pico relativamente corto.

Agachadiza chica (Lymnocryptes minimus)

Agachadiza chica (Lymnocryptes minimus)

Al poco comenzaron con la actividad de alimentarse y ya la dificultad de observarlas entre la vegetación, se hizo bastante complicada.

Agachadiza común (Gallinago gallinago). Foto: Samuel de la Torre.
Por aquí os dejamos un par de fotos de agachadiza común para que podáis hacer la comparativa de ambas características para poder identificarlas.

Agachadiza común (Gallinago gallinago). Foto: Samuel de la Torre.