Destacable fué encontrar en sus orillas un nutrido grupo de ánsares comunes, que habían decidido hacer una parada en su regreso hacia sus cuarteles de cría en el centro y norte de Europa. 29 contabilizamos.
Ánsares comunes |
Aunque también en números escasos, descubrimos varios ejemplares elegantísimos y estilizados de Ánade rabudo. Una maravilla poder disfrutar de ellos. Veríamos como una docena, la mayoría machos.
Ánade rabudo macho. |
También pudimos observar unos 10 silbones diseminados entre toda la amalgama de aves acuáticas que se concentraban cerca de las orillas.
Silbón macho |
Más numerosos e invernantes habituales, los porrones comunes. Unos 150 descansaban juntos en una zona del embalse.
Porrón europeo macho |
Observamos un par de machos de porrón moñudo, también invernantes habituales pero en números muy inferiores, casi siempre por debajo de cinco individuos.
Porrón moñudo macho |
Además de todas estas anátidas interesantes, había un enorme paterío compuesto por patos cuchara y ánades reales y en menor medida, ánades frisos y cerceta común.
Paterío |
Y por supuesto mucha focha, gaviota reidora, gaviota sombría, algunos cormoranes, garzas reales y alguna cigüeña.
Comparando con otros años, vimos muy pocos somormujos, un único andarríos grande y nos entretuvimos bastante con unos bandos importantes de pardillos y pinzones, entre los que logramos descubrir un pinzón real.