Las condiciones meteorológicas de lo que llevamos de año 2013, auguran un muy buen año para los anfibios. Al menos así parece que va a ocurrir en Colmenar Viejo (Madrid) con el Sapo corredor (Bufo calamita).
La cantidad de agua caída con las constantes lluvias, ha hecho que abunden las charcas temporales en cualquier lugar.
El sapo corredor, que es uno de los más comunes de la península, lo está aprovechando.
Si bien el año pasado no resultó un buen año para esta especie, este 2013 presenta unas condiciones excepcionales.
En las noches con una temperatura no muy fría, los sapos corredores inundan todas las charcas de la zona, y amenizan con sus cantos, anunciando la llegada de la inminente primavera.
El canto lo producen hinchando sus sacos bucales, como el ejemplar de la foto. Cuanto más se escuche su canto, más posibilidades tendrá de juntarse con una hembra. El coro de cantos que se produce en las charcas en estas fechas, es algo digno de ser presenciado.
Los machos de los anuros (anfibios sin cola, sapos y ranas), para reproducirse, sujetan a las hembras fuertemente. El "abrazo del sapo" se conoce con el nombre de amplexus y puede ser de dos clases: axilar o torácico, cuando el macho sujeta a la hembra por las axilas, o inguinal o lumbar, cuando lo hace a la altura de la región lumbar. El sapo corredor realiza el amplexus axilar.
Las hembras depositan los huevos dentro del agua. En el caso del sapo corredor, las puestas se presentan en filas dentro de unos cordones gelatinosos.
El desarrollo embrionario dura muy poco, entre una semana y una semana y media