En mayo, mes intenso de actividades, realizamos nuestra tradicional visita anual a la granja escuela CEI El Jarama.
Unas 50 personas nos dimos cita a tan deseada actividad de ocio en familia.
Nada más llegar, nos recibían en una de las praderas, la vaca Paca, la vaca Paca, que tiene cabeza, y hace KK, jeje, y su ternera Victoria.
En el cesped del lago, Otto hacía las delicias de l@s niñ@s, dejandose acariciar sin rechistar, cosa habitual en el día a día de la actividad granjeril, con los colegios que vienen a realizar diferentes actividades.
En la misma pradera, juntos, pero no revueltos, pastaban los caballos.
El siguiente punto de disfrute, fue el redil de las ovejas, donde pasamos y pudimos tocar y acariciar a corderitos y carneros, y sentir la suavidad de la lana de sus cuerpos.
De ahí, al maravilloso tobogán rompeculos. Niñ@s y adult@s se dejaron deslizar, para volver a disfrutar.
Nos asomamos al río Jarama, que hace frontera con uno de los límites de la granja.
Y visitamos el poblado de los Akhá, construido con bambú, donde se transmite a l@s niñ@s el valor de otras culturas y la manera sostenible de vivir en la naturaleza.
Acto seguido, visita obligada a los tres cerditos, tres, Pedro, Juan y Andrés, o Pepa Pig y familia, a elegir.
No podíamos pasar por alto, la visita a las amigables cabritas, siempre cercanas buscando los puñaditos de hierba que les proporcionamos.
Y otro de los momentos disfrutones, el poder tocar y acariciar, además de alimentar, a los burritos Platillo y Pandereta.
Regresando hacia el inicio de nuestro recorrido, nos lanzamos por el vertiginoso tobogán Arcoiris.
Y visitamos la novedosa sala de Bichos, donde ponemos en valor la inigualable labor de los diferentes invertebrados, en el equilibrio de la naturaleza. Ningún bicho se debe matar, todos tienen su importancia.
Gusanos de seda, tenebrios, bichos palo y cucarachas silbadoras, son algunas de las especies de las que pudimos observar.
Una visita al otro corral de cabras, donde había varios cabritillos pequeños, puso el colofón final a la inolvidable visita.
Más pronto que tarde, volveremos.
