El pasado 14 de mayo, hace casi ya dos semanas, estuvimos de nuevo por la dehesa de Navalvillar. La primavera tan copiosa en lluvias que hemos tenido, nos presenta el campito encharcado y el arroyo Tejada, con una cantidad de agua, como no se veía hace años.
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Arroyo Tejada |
El encuentro con una bonita tórtola europea fue uno de los primeros avistamientos de aves del día. Se encontraba cantando en una rama y aguantó bastante observándome, cosa no muy común, por su asustadizo comportamiento. Esta preciosa especie, en acusado declive, nos visita todas las primaveras.
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Tórtola europea (Streptopelia turtur) |
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Tórtola europea (Streptopelia turtur) |
No muy lejos de allí, un macho de alcaudón real, alimenta a su hembra como parte de la rutina mientras ella, incuba los huevos en un nido construido en unas zarzas.
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Alcaudón Real (Lanius meridionalis) |
Descubro también un mochuelo, que aunque el día ya va abanzando, se le ve bastante espabilado, posiblemente porque cerca tenga a sus polluelos, a los que tiene que alimentar también durante buena parte del día, aunque se trate de una rapaz nocturna. El mochuelo es la más diurna de las rapaces nocturnas.
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Mochuelo europeo (Athene noctua) |
Cuando el solete ya comienza a calentar, los "pobres" insectos voladores son capturados por el abejaruco, como parte de su dieta en el quehacer diario de comer y no ser comido.
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Abejaruco (Merops apiaster) |
Todo un lujo poder disfrutar de esta especie tan espectacular en nuestra querida Dehesa de Navalvillar.
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