jueves, 31 de agosto de 2017

Elanio azul.

Esta mañana he salido a ver si tenía suerte con una especie muy bonita y apetecible. Aunque sabía de la zona aproximada donde buscar, lo cierto es que llevaba mucho tiempo sin probar. Eran las primeras luces del día y ahí estaba, campeando en busca de roedores. Ni más ni menos que el elanio azul.

Elanio azul (Elanus caeruleus).
Después de unas cuantas idas y venidas, he logrado descubrirle posado en una de las torretas eléctricas. No es un bicho muy confiado, así que la fotografía pasó a un segundo plano y disfruté de lo lindo siguiéndole con el telescopio.
Elanio azul (Elanus caeruleus).
Una de las peculiaridades que tiene el elanio, es que para cazar, se cierne igual que el cernícalo, con la diferencia de que sus aleteos son mucho más pronunciados.

Elanio azul (Elanus caeruleus).

Elanio azul (Elanus caeruleus).
Una verdadera gozada poderlo observar durante casi dos horas en constantes vuelos de caza, con cernidos y con su peculiar picado cuando localiza una presa. En algún momento he observado dos individuos persiguiéndose y reclamando.

Elanio azul (Elanus caeruleus).
Ya en el año 2009 descubrimos un nido en territorio colmenareño, y desde entonces hemos tenido observaciones esporádicas, que sin duda indicaban su presencia en el territorio.

Elanio azul (Elanus caeruleus).
Después de descubrir uno de sus posaderos en una torreta, ahí le he dejado descansando. Se trata de una especie crepuscular, así que se reservará para una nueva cacería en las horas del atardecer.

lunes, 28 de agosto de 2017

Buitres.

Quien nos iba a decir que para ver buitres no hace falta ir a grandes montañas ni parajes maravillosos. Aunque eso sería lo ideal, desgraciadamente los hábitos adaptativos de algunos buitres van encaminados a conseguir comida en los vertederos. Claro que este cambio nos da la oportunidad de poder observar a estos grandes carroñeros en un ambiente humanizado en el que se dejan acercar bastante. En nuestro seguimiento de cigüeñas blancas anilladas, siempre sobra algo de tiempo para echarle un ojo a las miles de gaviotas, y de vez en cuando, nos topamos con la imponente presencia del buitre negro.

Buitre negro (Aegypius monachus)
Los buitres leonados, mucho más comunes, los podemos encontrar a centenares, cosa que también nos permite poder hacer comparaciones para la determinación de la edad.

Buitre leonado (Gyps fulvus).
Las diferencias más visibles entre un adulto y un joven se ven básicamente en el color del pico y en el collar de plumas del cuello. Adulto con el pico color marfil y collar blanquecino algodonoso (arriba), y joven con pico oscuro y collar desflecado y pardo (abajo). El inmaduro alcanza el plumaje adulto en 5-6 años, pero las diferencias entre los grupos de edad son leves.

Buitre leonado (Gyps fulvus).
También tuvimos la oportunidad de ver varios aterrizajes con un planeo y unas figuras de gran plasticidad.

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

martes, 22 de agosto de 2017

Dehesa de Navalvillar.

Seguimos saliendo al campito. Esta vez nos tocaba hacer un recorrido por la dehesa. Las primeras aves que vemos son milanos reales. Un par de ellos se persiguen y hacen piruetas en vuelo dejándonos esta bonita estampa.

Milanos reales. Foto: Enrique Pérez.
A lo lejos, una pareja de jabalíes baja por la ladera con 9 "rayones", al tiempo que un zorro se aleja en dirección contraria. Al rato, le descubrimos impasible sin quitarnos el ojo de encima. Una vez controlados, emprende de nuevo su recorrido de campeo en busca de algún conejo.

Zorro (Vulpes vulpes). Foto: Enrique Pérez.
Ya se nota movimiento de pajarillos migratorios. Mosquitero musical, curruca zarcera, curruca mosquitera, curruca mirlona y los primeros colirrojos reales se mueven inquietos entre los matorrales.

Colrrojo real macho (Phoenicurus phoenicurus)
El reclamo de las aguilillas calzadas suena incesante, probablemente de los pollos del año pidiendo comida a sus progenitores. Pasamos un buen rato viendo y fotografiando a varios individuos, también en su morfo oscuro y aprendiendo a identificarles por sus inconfundibles "luces de aterrizaje".

Aguilillas calzadas. Morfo claro y oscuro. Foto: Enrique Pérez.
Además también tuvimos la suerte de ver a un individuo intermedio. No se estaba dando mal. Para colmo, un macho adulto de alcotán pasa en vuelo rasante, mientras en el cielo, un águila imperial adulta, cruza en dirección contraria.

Aguililla calzada. Morfo intermedio. Foto: Enrique Pérez.
Mucho buitre leonado y negro surcando el aire mientras un corzo cruza a la carrera un claro de la dehesa. Suena el relinchar de un pito real, los jovenes alcaudones comunes abundan posados en sus perchas, una pareja de oropéndolas vuela dirección sur y entre la vegetación, acertamos a descubrir a algún zarcero, un par de papamoscas cerrojillo y algunos papamoscas gris.

Papamoscas gris (Muscicapa striata). Foto: Enrique Pérez.
El calor apretaba y a eso de las 12:00h terminábamos nuestra excursión.

domingo, 20 de agosto de 2017

Golondrina dáurica y más.

La verdad es que hemos comenzado las vacaciones con muchas ganas de ver pajaritos. Lo bueno de Colmenar, es que no hay que irse muy lejos para hacerlo. Hace unos dias nos dimos una vuelta por el parque lineal del arroyo del Espino. Además de los habituales mirlos, jilgueros, verdecillos y verderones, típicos de cualquier parquecito, este tiene mucho más. Ya teniamos controlado un nido de golondrina dáurica, y aprovechamos la ocasión para ir a visitarlo. La golondrina dáurica es la prima campera de la golondrina común.
Golondrina dáurica (Hirundo daurica). Foto: Enrique Pérez.
Se diferencian porque la dáurica tiene un obispillo y nuca anaranjado (totalmente negro en la golondrina común) y la garganta es blancuzca anaranjada (roja en la golondrina común).

Golondrina dáurica (Hirundo daurica). Foto: Enrique Pérez.
Al contrario que su pariente, prefiere no acercarse mucho a las construcciones humanas y prefiere anidar debajo de puentes. En este caso el nido contaba con pollos a punto de volar, pero pudimos disfrutar un buen rato con las idas y venidas de los adultos con cebas.

Ceba en nido de golondrina dáurica (Hirundo daurica).
Pero como hemos dicho este parque es diferente. Conserva la vegetación originaria del arroyo, con zarzas, sauces y  saúcos  lo que hace que funcione como pasillo verde de aves en migración, donde encuentran refugio y alimento. Tal es el caso de la curruca zarcera, que se alimenta de las zarzamoras con gran devoción.

Curruca zarcera (Sylvia communis). Foto: Enrique Pérez.
También los jóvenes alcaudones comunes se dejan ver en este parque buscando su alimentación diaria y un punto de agua donde beber y bañarse.

Juvenil de alcaudón común (Lanius senator). Foto: Enrique Pérez
Encontramos un par de palomas torcaces que se estaban pegando un buen festín de frutos de saúco, lo que nos permitió observarlas y fotografiarlas desde bastante cerca.

Paloma torcaz (Columba palumbus)
Ya vimos el primer petirrojo y sorprendimos a un pico menor que se perdió arroyo abajo

viernes, 18 de agosto de 2017

Embalse de Santillana.

Ayer nos dimos una vuelta por el embalse de Santillana. Tempranito, para evitar el calor de estas fechas, nos encontrabamos a primera hora, en la orilla, viendo amanecer. Las gaviotas ya se cuentan por miles. Las reidoras mueven sus patitas en el agua, para poner al descubierto pequeños invertebrados que les servirán de alimento, y un nutrido grupo de tarros canelos, se asociaban a ellas en esas aguas calmadas de la orilla.

Gaviotas reidoras y tarros canelos.
Entre las dos especies más abundantes de estas fechas y este embalse como son las gaviotas reidoras y las gaviotas sombrías, pudimos descubrir claramente un adulto de gaviota patiamarilla, con las plumas del manto de un gris mucho más clarito que el de las sombrías.

Gaviota patiamarilla (Larus michahelis)
No faltaron en nuestro recorrido las habituales garzas reales que se distribuían por todo el perímetro pescando, descansando o vigilando.

Garza real (Ardea cinerea)
Una abubilla nos iba saliendo al paso, mientras un buen grupo de grajillas teñía el cielo de puntos negros. Además, milanos reales, milanos negros, ratoneros y algún aguililla calzada se contoneaban como cometas mecidas por el viento encima de nuestras cabezas.

Abubilla (Upupa epops)
Un único andarríos grande recorría los barros de la orilla en busca de alimento. Una veintena de chorlitejos chicos hacía lo propio y mucho más abundantes, los andarríos chicos, se veían casi por cualquier sitio. No habría menos de 70 individuos en todo nuestro recorrido.

Andarríos chico (Actitis hypoleucos)
Algún juvenil de alcaudón común y de curruca carrasqueña se movían por los matorrales. Un reclamo nos descubre una curruca cabecinegra y comienzan a verse ya los primeros mosquiteros musicales en su migración hacia el continente africano.
En el agua poca variedad. Algunos ánades reales y mucho somormujo lavanco, además de este grupito de garceta común que descansaban en este murete.

Garcetas comunes (Egretta garzetta)
Como curiosidad, ya hemos visto las dos primeras gaviotas muertas en las orillas. Haremos un seguimiento de ellas y salvaremos las que podamos.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Migración en el Pardo.

Continuamos haciendo el seguimiento de las migraciones y las concentraciones pre migratorias de varias especies de aves en el monte del Pardo, poniendo especial interés en la cigüeña negra. Durante el mes de Julio, hemos realizado visitas los dias 3, 9, 14, 21 y 30, contabilizando 14, 10, 14, 16 y 10 cigüeñas negras respectivamente. Con otros ornitólogos abrimos un interesante debate sobre si se trata de migración o concentraciones pre migratorias. Si bien, la migración por el estrecho de Gibraltar se produce durante el mes de septiembre, cierto es que las cigüeñas negras del monte del Pardo se van renovando y no son las mismas. Esto lo hemos podido comprobar con algunos individuos anillados y con la observación, in situ, del abandono hacia el Sur y de la llegada, desde el norte, de varios individuos.

Cigüeña negra (Ciconia nigra). Foto: Arsenio González.
Las que durante el mes de Julio se concentran a centenares, son sus congéneres más urbanitas, las cigüeñas blancas. A mediados de agosto ya no quedará prácticamente ninguna por los alrededores.

Concentración de cigüeñas blancas (Ciconia ciconia)
Entre mirada y mirada al embalse, de vez en cuando, posa delante de nosotros algún alcaudón común, que ya comienzan a ir abanzando hacia el Sur, con unas migraciones menos notorias, ya que no viajan en grupos numerosos.

Alcaudón común (Lanius senator)
Y el abejaruco nos obsequia con su reclamo y su espectacular colorido. Algunos de ellos, también están viajando ya en Julio hacia África.
Abejaruco (Merops apiaster). Foto: Arsenio González.
Fiel a su cita, el águila culebrera nos deleita con su majestuoso vuelo por delante de nuestro mrador, un día sí y otro también.
Águila culebrera (Circaetus gallicus)
Al igual que los buitres leonados, que en muchas ocasiones, utilizan las corrientes que suben por la ladera del cerro Marmota para ascender en sigiloso planeo.
Buitre leonado (Gyps fulvus)