lunes, 28 de agosto de 2017

Buitres.

Quien nos iba a decir que para ver buitres no hace falta ir a grandes montañas ni parajes maravillosos. Aunque eso sería lo ideal, desgraciadamente los hábitos adaptativos de algunos buitres van encaminados a conseguir comida en los vertederos. Claro que este cambio nos da la oportunidad de poder observar a estos grandes carroñeros en un ambiente humanizado en el que se dejan acercar bastante. En nuestro seguimiento de cigüeñas blancas anilladas, siempre sobra algo de tiempo para echarle un ojo a las miles de gaviotas, y de vez en cuando, nos topamos con la imponente presencia del buitre negro.

Buitre negro (Aegypius monachus)
Los buitres leonados, mucho más comunes, los podemos encontrar a centenares, cosa que también nos permite poder hacer comparaciones para la determinación de la edad.

Buitre leonado (Gyps fulvus).
Las diferencias más visibles entre un adulto y un joven se ven básicamente en el color del pico y en el collar de plumas del cuello. Adulto con el pico color marfil y collar blanquecino algodonoso (arriba), y joven con pico oscuro y collar desflecado y pardo (abajo). El inmaduro alcanza el plumaje adulto en 5-6 años, pero las diferencias entre los grupos de edad son leves.

Buitre leonado (Gyps fulvus).
También tuvimos la oportunidad de ver varios aterrizajes con un planeo y unas figuras de gran plasticidad.

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

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