El pasado puente realizamos nuestra salida anual en busca de las cabras monteses. En esta ocasión utilizamos un camino alternativo para llegar donde siempre vamos.
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Cabra montés (Capra pyrenaica) |
Caminamos en constante pendiente suave, y en los pequeños bosquetes de pino que atravesamos, disfrutamos de reyezuelo sencillo, reyezuelo listado, carbonero garrapinos y herrerillo capuchino. Algún escribano montesino se nos cruzó en el camino y escuchamos el agudo reclamo del acentor.
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Cabra montés (Capra pyrenaica) |
Al llegar a nuestro destino, un grupo de cabras pastan tranquilamente ajenos a nuestra presencia. Primero un grupito de un macho con 6-7 hembras y algún cabritillo. Después se unen dos hembras más, con otro macho. Entre ambos se vigilan, pero no llega a ocurrir el ansiado chocar de cuernos y cada uno sigue a lo suyo.
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Cabra montés (Capra pyrenaica) |
En esta ocasión, nos sorprende lo confiadas que se muestran, quedándose a escasos 50m. El rebaño se desplaza por las rocas buscando alimento y comiéndo de todo, incluidas las pinchudas hojas de los enebros.
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Cabra montés (Capra pyrenaica) |
La imponente estampa de un macho con sus cuernos recortados con el cielo plomizo nos depara una buena instantanea a contraluz.
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Cabra montés (Capra pyrenaica) |
Mientras, una joven cabrita curiosa, nos vigila desde detrás de las rocas.
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Cabra montés (Capra pyrenaica) |
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