Torcecuellos (Jynx torquilla) |
Ajeno a los prismáticos que teníamos clavados en su figura, el torcecuellos nos deleitó con su canto y su presencia durante unos 10 minutos.
Torcecuellos (Jynx torquilla) |
Lo curioso de la observación, es el lugar donde se hizo: en el arroyo del Espino, encajonado entre urbanizaciones nuevas y un carril bici.
Afortunadamente, de momento, han preservado el sotobosque y los chopos originarios del arroyo.
Allí, además del magnífico torcecuellos, escuchamos y vimos ruiseñor común, ruiseñor bastardo, curruca capirotada, curruca cabecinegra, curruca carrasqueña y pájaro moscón.
También apareció en escena con su tamborileo un individuo de pico picapinos.
Pico picapinos (Dendrocopos major) |
Después de dar una vuelta a la manzana, donde vimos herrerillo, triguero, tarabilla común, buitrón y una cigüeña comiéndose una culebra, regresamos de nuevo al arroyo del Espino, pero a la otra orilla. Cual fue nuestra sorpresa, cuando una pareja de golondrinas dáuricas se afanaban en recolectar barro de un pequeño charco para construir su nido.
Golondrina dáurica (Hirundo daurica) |
Antes de retirarnos, algún milano negro, milano real y aguililla calzada, nos sobrevolaban, mientras un par de abejarucos se acercaban volando y reclamando, para posarse en un árbol cercano durante unos minutos, para deleite de los presentes.
Abejaruco (Merops apiaster) |
La increible biodiversidad de este pequeño parque periurbano, nos hizo fantasear con su declaración como micro parque natural.
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