Durante ese trabajo, son muchas otras las especies animales que observamos. Desde los abundantes jabalíes, ciervos y gamos, hasta nuestras queridísimas aves.
Uno de los dias, pudimos sorprender a una de nuestras grandes águilas. Muy cerca de nuestro oteadero, apareció volando un águila culebrera, que como se puede apreciar en la foto, acababa de capturar a una culebra que transportaba en su pico asomando unos cuantos centímetros de la cola.
Águila culebrera (Circaetus gallicus). Foto Arsenio González. |
Estuvo cicleando y cogiendo altura justo delante de nosotros, lo que nos permitió disfrutar de su elegante planear y su indiscutible belleza.
Águila culebrera (Circaetus gallicus). Foto Fernando Pérez |
Este año ha habido buen paso migratorio de espátulas en el embalse, contabilizando un máximo de 10 individuos uno de los dias.
Como siempre mucha garza real, garceta común, cormorán grande y alguna garceta grande. Y también habitual, volando cerca, los buitres leonados.
Buitre leonado (Gyps fulvus). Foto Fernando Pérez |
Tenemos una suerte enorme de poder observar con regularidad a una de las reinas aladas peninsulares. El águila imperial ibérica tiene como posaderos habituales las cercanas torretas de alta tensión.
Águila Imperial ibérica (Aquila adalberti) |
Al ir cayendo la tarde, se escucha el canto del búho real, y en alguna ocasión, ya con poca luz, hemos adivinado su silueta cruzando con vuelo absolutamente silencioso a una distancia relativamente cerca.
Como casi siempre nos coge la noche, a la vuelta, algunos de los dias también hemos sorprendido a los chotacabras pardo con su mimético plumaje en mitad del camino.
Chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis). Foto Fernando Pérez |
Observaciones muchas de ellas, que con lo avanzado del otoño, ya no serán posibles hasta la próxima migración postnupcial del año siguiente.
Chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis). Foto Fernando Pérez |
Como siempre, gran disfrute desde el inmejorable mirador del cerro Marmota.
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