jueves, 11 de julio de 2024

Respeto a nuestras golondrinas.

Un año más, una pareja de golondrina común (Hirundo rustica), ha decidido criar en el interior de uno de los talleres de la granja escuela CEI El Jarama. 


Sabiendo que es una especie insectívora súper beneficiosa (su alimentación se basa en insectos, principalmente moscas y mosquitos), procedimos a facilitarles la reproducción, facilitando el acceso permanente a la sala, con un cartel advirtiendo de que no se cerraran las ventanas.

Como uno de los mayores inconvenientes es la caída de excrementos, en nuestro caso, en una mesa de trabajo donde l@s niñ@s realizan sus manualidades, lo solucionamos poniendo una pequeña madera bajo el nido. Una vez comprobado que la pareja de golondrinas lo aceptaba, todo prometía que la convivencia entre aves y humanos, iba a ser cordial.


A principios de mayo, la pareja de golondrinas ya tenía la primera puesta completa. 

Un par de semanas después, los pollitos nacían con su gracioso plumoncillo cubriendo parte de su piel desnuda.



Inmediatamente, ya empezamos a ver los primeros resultados positivos de la plataforma anticacas.



Los pollos se desarrollan con naturalidad, a pesar de que por el taller pasan diariamente más de un centenar de niñ@s, con el correspondiente jaleo y ajetreo.


Aún así, los adultos entraban a cebar medianamente "ajenos" al barullo de la sala, aprovechando la ocasión, como educador, para fomentar el respeto a la naturaleza y a la fauna que nos rodea, y explicar los beneficios de una vida respetuosa mutua.


A mediados de junio, los pollos lucían el cuerpo totalmente desarrollado y emplumado.




Y la utilidad de la sencilla medida para una convivencia feliz, queda demostrada con la última foto de esta entrada.

 

4 comentarios:

Darío H.A dijo...

Me encanta el gesto que ha realizado, Mucha suerte con la parejita.

ANAPRI dijo...

Muchísimas gracias. Los pollos volaron con éxito.

Darío H.A dijo...

Hola buenas, de nuevo me encanta el gesto, y gracias por avisar, yo también tengo un nido en el campo de mi abuelo, y están a punto de salir.
Un saludo

ANAPRI dijo...

Qué bien, es genial compartir el espacio y verlas volar, además de lo beneficiosas que son comiéndose un montón de moscas y mosquitos.