Al llegar al observatorio vimos que la cantidad de agua era muy poca, lo que por otra parte, hacía que todas las aves estuvieran muy concentradas. Mientras observabamos cigüeñuelas, avocetas y combatientes, en el cielo un reclamo nos alertaba de la presencia de varias gangas ibéricas, que volaban con aparente intención de posarse. Muy esquivas y desconfiadas, y después de varias pasadas, 3 ind. se posaron junto a la orilla y bebieron.
Era la primera vez que las veíamos tan bien y pudimos disfrutarlas durante unos minutos. Al poco, muy inquietas también se posó un grupo de unas 15. En el poco tiempo que estuvieron, pudimos ver las diferencias entre machos y hembras y disfrutamos de su cómico caminar.
Otra de las aves que nos hizo disfrutar, también por tratarse de una especie esquiva y escondediza, fue el Rascón. Tuvimos la suerte de ver 2 o 3 ind. diferentes saliendo de los carrizos para alimentarse junto a las orillas.
Entre las abundantes gallinetas y alguna que otra focha, también vimos 2 calamones, que de vez en cuando, se ponían a tiro de telescopio. Alguna de las veces les vimos agarrando los carrizos con sus patas para alimentarse.
También vimos zampullín común, garza real, garceta común, ánade azulón, cuchara, cerceta común, 2 hembras de malvasía cabeciblanca, 1 aguja colinegra, gaviota patiamarilla, gaviota reidora, agachadiza, chorlitejo chico y andarríos grande.
Después de un par de horas, nos desplazamos a otro de los observatorios, antes de dirigirnos a las otras lagunas. Desde este nuevo observatorio, disfrutamos de la presencia de una veintena de archibebes oscuros, que con gran inquietud y rapidez, no paraban de sondear el fondo de la laguna, en busca de alimento.
Correlimos menudo, una pareja de bigotudos, 1 pechiazul, cigüeña blanca y avefrías (llegaron uns 400), siguieron engrosando el número de especies avistadas.
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