Una vez más hemos vuelto a dar una vuelta por nuestra querida dehesa de Navalvillar. Dehesa cada vez más querida por nosotros por los buenos momentos que nos depara cada visita. Si bien no es una dehesa excepcionalmente conservada, la presencia de ganado y la prohibición de la caza, hacen del lugar un sitio muy atractivo para la fauna.
La presencia de conejo atrae a innumerables depredadores terrestres y alados. Tuvimos la suerte de sorprender a un aguililla calzada de morfo oscuro en vuelo prospector, en busca de avituallamiento para cubrir su largo viaje a África.
Se veían muchas mariposas como la de la foto. Se alimentaban de las escasas flores que hay en esta época. En este caso de las abundantes flores de una especie de cardo.
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En relación a las aves, seguimos en un momento excepcional de migración. A las especies comunes del enclave, se unieron otras que están migrando. Entre ellas, descubrimos un gavilán, abubillas, golondrinas, ruiseñor común, colirrojo real, tarabilla norteña, collalba gris, zarcero común, curruca carrasqueña, papamoscas gris, papamoscas cerrojillo, oropéndola y escribano soteño. Dejo para el final a la curruca mosquitera, por la especial ilusión que le hizo a uno de nuestros socios el poder observarla con cierta tranquilidad en lo que era su primera vez
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