Guiados por el oído, hemos localizado a una totovía (Lullula arborea), que nos ha deleitado durante un buen rato con sus armoniosas melodías.
Igualmente, por su condición de ave sedentaria en la zona, no ha faltado a la cita el Escribano montesino (Emberiza cia), en la foto, y su primo hermano el Escribano Soteño (Emberiza cirlus).
En cuanto a los arbustos, el Torvisco (Daphne gnidium), Matapollo o Bufalaga, como también se conoce, nos ha mostrado una de sus características, que consiste en una floración muy duradera, de manera que es posible encontrar en la misma rama: la flor, el fruto verde y el fruto maduro.
También hemos aprendido la estrecha relación que existe entre un ave, el Alcaudón Real (Lanius meridionalis), y el Espino albar o Majuelo (Crataegus monogyna). Relación basada en la utilización por parte del Alcaudón de las espinas del Majuelo, para insertar los ratoncillos que captura, para poder trocearlos y tragarlos mejor.
Y hemos terminado con la observación de dos Cigüeñas negras (Ciconia nigra) volando en migración hacia el Sur.
Excepcional broche de oro.
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