domingo, 10 de abril de 2022

Jornadas de Naturaleza. Educación ambiental

Ayer terminamos el ciclo de 3 actividades, que junto con la Casa de la Juventud de Colmenar Viejo, hemos realizado en nuestro frenético comienzo de la primavera.
 

El 19 de marzo, desarrollamos la actividad de observación de aves urbanas, con el máximo esfuerzo en el cernícalo primilla.
Dirigida a un público familiar, nos reunimos en el patio de la Casa de la Juventud, una veintena de personas interesadas en la actividad.


Con un Rap que sobre la especie compusieron la ONG extremeña DEMA (con el correspondiente permiso para poder usarla), fundada en 1990 y decana en la protección del cernícalo primilla y sus hábitat de cría, introdujimos de forma muy divertida y con rítmo, los detalles de esta singular rapaz, en Peligro de Extinción en la Comunidad de Madrid, y que Colmenar Viejo tiene una gran responsabilidad en su conservación, al tener en el tejado de la Basílica, una de las colonias más numerosas de Madrid.


Después de esta primera información, nos acercamos a la cercana Basílica para buscar al protagonista de nuestra actividad.
Pudimos ver machos y hembras juntos, por lo que a través de los telescopios, todos los participantes pudieron ver las diferencias en el color del plumaje, lo que ha venido a denominarse dimorfismo sexual.


Por supuesto hablamos de la delicada situación de la especie, que sigue en declive, causado, entre otras cosas, por el uso de pesticidas en cultivos, por el abandono de la agricultura tradicional, la proliferación de monocultivos, el cultivo intensivo sin dejar barbechos, factores todos que están reduciendo enormemente los lugares donde pueden cazar y el número de presas.
La pérdida de lugares de nidificación, también es causa de reducción de sus poblaciones, afortunadamente, en la Basílica contamos con una treintena de cajas nido, circunstancia que pusimos en valor y a la que dimos la importancia que merece.


La segunda de las actividades consistió en un taller sobre rastreo de fauna. En una de las salas de la casa de la juventud, aprendimos a saber qué especies viven en un lugar, sin verlas físicamente. Con un pequeño powerpoint, y con las aportaciones de los pequeños, fuimos desgranando todas las maneras de resolver ese enigma. Excrementos, huellas, plumas, pelos, sonidos, nidos, madrigueras, cadáveres, huesos y restos de animales y egagrópilas, son algunas de las señales que nos ayudan a conseguir el objetivo.


Introdujimos el uso de tecnología, en forma de cámaras de fototrampeo, para que nuestro trabajo de rastreo sea más eficaz.
Con unos ejemplos prácticos en el aula, donde l@s niñ@s simularon ser fauna salvaje, entendieron el funcionamiento de estas cámaras. Después pusimos vídeos de animales colmenareños que hemos registrado en nuestros trabajos de estudios, donde pudieron ver nutrias, ginetas, tejones, garduñas, comadreja, meloncillo, gato montés, zorro, corzos, ciervos y jabalíes, con el enorme asombro y alegría de todos los participantes.


Finalmente mostramos evidencias de presencia de fauna, como fueron cráneos, cuernas, nidos y egagrópilas, conseguidos todos con los consiguientes permisos.


Ayer, 9 de Abril, con la consiguiente base de conocimientos obtenidos en el taller teórico, desarrollamos la jornada práctica de rastreo e interpretación de la naturaleza.
El punto de encuentro fue el parking, junto al Puente del Batán que nos sirve para cruzar al otro lado del río Manzanares.


Después de pasar lista, nos acercamos al mirador sobre el puente.


Desde ahí hablamos sobre la importancia de ese puente, y sobre la presencia de batanes en esta zona del río. 


Los Batanes, son construcciones de piedra, que sirvieron en épocas pasadas, para lavar la lana de las ovejas. Muy unido al uso de las lanas en Colmenar, hicimos referencia a las calles del Tinte y los Tintes, donde después de lavar la lana en los batanes, se llevaba a teñir.



También reconocimos en la sierra la zona de la Pedriza y el Pico de la Najarra en Miraflores de la Sierra. Las nubes bajas, nos impidieron ver el puerto de Navacerrada.


Por supuesto hablamos de la importancia de la sierra en la conservación de la naturaleza, y de la máxima figura de protección que posee desde su nombramiento como Parque Nacional.


Realzamos la importancia del lugar en el que nos encontrábamos, con la protección como Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.


Y el elevadísimo interés del propio río como corredor verde o biológico.


Continuamos hacia la Cañada del Zahurdón, donde hicimos otra parada explicativa.


Una lata de refresco tirada en el suelo, nos dio pie para contar la importancia de mantener limpio y libre de basuras nuestro entorno natural, incluidos los restos orgánicos como cáscaras de plátano, naranjas o restos de manzanas o peras,  algo que l@s peques entendieron perfectamente. En todo el recorrido, recogimos varios residuos.



Comentamos las prioridades de usos de las cañadas y vías pecuarias (ganado, peatones, ciclistas y vehículos a motor autorizados), así como la utilidad de los pasos canadienses para que el ganado no se salga. También hablamos del peligro de estos pasos para otro tipo de fauna como erizos, ratoncitos, topillos, anfibios y culebras, ya que en su diseño no los tuvieron en cuenta, y no integraron rampas de hormigón o madera, para que en caso de caída accidental, pudieran salir, evitando que se conviertan en una trampa mortal para estos grupos de animales. (Tomamos nota para que se realice la corrección, o para que nos den el permiso para implantarla nosotros como asociación).





Igualmente, incidimos en el comportamiento que debemos tener ante la presencia de ganado y mastines que los cuidan. El paseo con perros sueltos puede generar molestias.




Un poco más adelante, realizamos otra parada para hablar sobre el uso sostenible que se hacía de algunas plantas. 



Tallos huecos que hace muchos años se utilizaban como pajitas para tomar la leche y los juncos para llevar los churros. La recolección de estas plantas actualmente están prohibidas.



También encontramos, tocamos y olimos varias de las plantas aromáticas que encontramos por nuestro camino como cantueso y tomillo.



La importancia de la mal llamada "maleza", con presencia de zarzas, debería llamarse viveza, ya que con sus flores alimentan a polinizadores como abejas y mariposas, además de proporcionar refugio y zonas de nidificación a otras especies, como por ejemplo a las currucas, dato que pudimos comprobar con un nido viejo que uno de los participantes encontró.




Las zarzas también dan cobijo a los conejos y sus madrigueras.



Junto a estas madrigueras, encontramos excrementos de zorro, que tras desmenuzarlos, pudimos comprobar que había comido escarabajos.



Por el camino también hubo tiempo para aprender y disfrutar con el canto de aves como el triguero y la totovía, además de observar cornejas, y el vuelo de un par de águilas calzadas, una de ellas de morfo oscuro.


Las lluvias de los últimos días han mantenido las márgenes del camino con algo de barro, lo que nos ha facilitado encontrar huellas de especies domésticas como perros y silvestres como jabalíes.




Como quien no quiere la cosa, ya habíamos consumido un par de horas, así que llegaba el momento del bocata o picoteo, para lo cual buscamos una praderita junto al arroyo Navahuertas, que nos daría muchas posibilidades para seguir enseñando.
 


Con la activa implicación de l@s niñ@s, pudimos aprender sobre el canto de las aves, el nombre científico de los seres vivos, sobre pastoreo y uso medicinal de algunas plantas.






Después de coger fuerzas, continuamos la ruta, y seguimos encontrando huellas por los embarrados caminos.





También otro nido viejo, en esta ocasión de alcaudón común.


Y un nuevo excremento de zorro, reciente, con olor fuerte, quizás de unas pocas horas antes de nuestra llegada.

Una vez dentro de la finca de producción ecológica "La Suerte Ampanera", con la que colaboramos desde hace una década en temas de conservación y aumento de la biodiversidad, y que amablemente nos facilitó el acceso para la realización de la actividad, seguimos el rastreo de señales, que nos permitió encontrar el cráneo de un jabalí, lo que dio para explicar muchas cosas y bromear y reírnos un rato.



El respeto por la fauna silvestre que se tiene en la finca, asumiendo algunas de las interacciones negativas como derribo de muros por el paso de jabalíes y algunos casos de depredación al gallinero, por zorros y garduñas, hace que no sea difícil encontrar huellas de diferentes especies.







La jornada estaba llegando a su fin, pero el rastreo nos deparó el descubrimiento de la cuerna de un ciervo.




El éxito de la jornada se podía palpar en las caras felices de todos los participantes, especialmente ilusionante para nosotros la alegría de l@s niñ@s, que como Diego, nos mostraba súper orgulloso su guía de campo preferida.



La visita a una bañera de jabalíes y las consiguientes explicaciones del uso que hacen de ellas, puso el punto final a la extraordinaria jornada de rastreo e interpretación de la naturaleza.


No quería despedirme sin dar las gracias a tod@s l@s niñ@s participantes por su colaboración e ilusión (Diego, Alejandro, Alex, Alonso, Leo, Manuel, Olmo, Javier, Guillermo, Nicolás, Carlota e Isaac), a todos los padres y madres por apuntarse a la actividad y ayudar a concienciar y educar en el necesario respeto al medio ambiente, a la Casa de la Juventud de Colmenar Viejo por acoger nuestras propuestas educativas, a Rafa, dueño y gestor de la finca de producción ecológica "La Suerte Ampanera", y a la inestimable ayuda de Pepe y Eduardo de Anapri para documentar estas inolvidables jornadas educativas de naturaleza.

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