Desde ANAPRI entendemos que los protocolos seguidos en Colmenar Viejo son los habituales, sólo pretendemos dar un punto de vista que aunque diferente, está contemplado en los informes científicos que se relacionan en el documento.
Con este escrito ANAPRI apoya el trabajo realizado por la asociación ADAAC en Colmenar Viejo. Nada más lejos de nuestra intención cuestionar o criticar
la necesaria actividad y trabajo que realiza ADAAC en Colmenar Viejo. Es más,
nuevamente nos gustaría trasladar nuestro apoyo y disposición ayudar en todo lo
que podamos para facilitar su actividad. Sin embargo, desde ANAPRI, como
asociación que trabaja por la protección y conservación de la biodiversidad,
consideramos también muy importante la perspectiva biológica y ambiental (no
sólo la veterinaria) del problema que suponen los gatos domésticos en nuestras
calles. En este sentido nos vemos en la obligación de recordar que las colonias
felinas no solo deben procurar el bienestar de los gatos abandonados, sino que
también deben servir para reducir sus poblaciones al máximo con el fin de
minimizar sus negativos efectos sobre la biodiversidad.
Entendemos que el manejo de las poblaciones de gatos abandonados es complejo
y excepcionalmente polémico, debido a su popularidad como animales de compañía
de humanos. Sin embargo, esto no puede servir para realizar una defensa de los
gatos domésticos en libertad y la propagación de información errónea sobre sus
efectos sobre la biodiversidad.
A riesgo de repetirnos, volvemos a informarles de que existe un consenso
científico abrumador que respalda que los gatos domésticos (Felix catus) son
una de las 100 peores especies exóticas invasoras del mundo (Global Invasive
Species Database 2021); que han causado docenas de extinciones (Doherty et al.
2016), que impactan en las poblaciones de vida silvestre autóctona (Loss y
Marra 2017) y son portadoras de múltiples enfermedades zoonóticas (Gerhold y
Jessup 2013). Si este consenso científico es cuestionado porque se basa en
estudios que no se han realizado específicamente en Colmenar Viejo, se está
demostrando un profundo desconocimiento sobre cómo se genera un marco de
conocimiento científico y de cómo ese conocimiento es extrapolable y aplicable
a otros entornos. En otras palabras, no es necesario replicar estudios en todas
las localidades del planeta para saber que los gatos sueltos afectan de forma
importante y negativa a la biodiversidad. Y al menos, como principio de
precaución, debería tenerse en cuenta ese consenso científico a la hora de
gestionar sus poblaciones.
Esto no quiere decir que los gatos sean los únicos causantes de la pérdida
de biodiversidad de la que estamos siendo testigos. Pero el que haya múltiples
causas, no minimiza la importancia del problema que suponen los gatos para la
biodiversidad. Especialmente cuando se mencionan cifras que oscilan alrededor
de 500 gatos deambulando por las calles de Colmenar Viejo. Es una cifra
elevadísima e insistimos: lo ideal sería que no hubiera gato alguno abandonado
en las calles de nuestro municipio. Somos conscientes de la dificultad de
conseguir este objetivo, pero no por ello debemos dejar de considerar a las
colonias felinas una solución intermedia y temporal que facilite la extracción
de los gatos sueltos o abandonados de nuestras calles. No dudamos que el
trabajo y actividad de ADAAC ayuda a controlar la población de gatos.
Evidentemente es muy buen dato que, por ejemplo, una colonia haya pasado en un
año de 15 a 3 individuos, pero ¿por qué una vez reducida su población, esos 3
gatos no pueden ser extraídos de las calles? Esto es responsabilidad de nuestro
Ayuntamiento, que está obligado a gestionar y solucionar este problema según la
legislación vigente. El Artículo 20, punto 1 (Recogida y alojamiento de
animales de compañía perdidos, abandonados y vagabundos) claramente especifica
que “Corresponderá a los Ayuntamientos recoger los animales que sean vagabundos
o estén extraviados e ingresarlos en los centros de acogida de animales”. Y
además el Artículo 21 (Destino de animales extraviados, abandonados y
vagabundos), punto 1, dice: “Los Ayuntamientos pondrán en marcha medidas de
fomento de la adopción de los animales abandonados y vagabundos”. Y creemos que
esto es clave; no cuestionamos la eficiencia de las colonias felinas para
asegurar el bienestar animal, pero si no se tienen en cuenta que el objetivo
final es ayudar a reducir las poblaciones, no estamos acabando de solucionar el
problema.
La afirmación errónea de que el método CER/CEVR es la única forma eficaz de
control de los gatos de vida libre, probablemente se deba a la percepción de
este método como una medida de bienestar animal, más que ecológica y ambiental.
Sin embargo, no existe evidencia científica rigurosa de que este método sea
ampliamente eficaz para reducir las poblaciones de gatos (Longcore et al. 2009;
Marra y Santella 2016). Además, este enfoque basado únicamente en la mejora del
bienestar de los gatos ignora que continúan causando sufrimiento a los animales
salvajes a través de la depredación (McRuer et al. 2017). Nosotros también les
adjuntamos un artículo científico que cuestiona la validez del método CER/CEVR
como medida eficaz para reducir la población de gatos abandonados. Permítannos
destacar que es un trabajo publicado en Conservation Biology (Longcore et al.
2009), la revista más influyente y citada (rankings JCR, Scopus y Scimago) en
el área de conocimiento de la Biología de la Conservación.
El “efecto vacio” al que hacen referencia también nos vemos obligados a
cuestionarlo, ya que esta afirmación no es coherente con la literatura
científica o los informes de las colonias CER (Stull 2007). Por ejemplo, Levy
et al. (2003) documentaron gatos moviéndose entre colonias y hacia y desde los
bosques circundantes. Los gatos no defienden territorios cuando hay una fuente
constante de alimento disponible (Levy & Crawford 2004) y, por lo tanto,
pueden alcanzar altas densidades (Liberg et al. 2000; Schmidt et al. 2007).
Además, al realizar esta afirmación parten de una premisa errónea: considerar
que el gato doméstico se encuentra de forma natural en el medio y ocupa un
nicho ecológico. Es una especie que se considera invasora y, por tanto, se
encuentra de forma antinatural en nuestras calles y entorno.
Concluyendo, los científicos y conservacionistas llevan tiempo advirtiendo
de las consecuencias ecológicas adversas de tolerar el mantenimiento indefinido
de colonias de gatos domésticos abandonados mediante la adopción del método
CER/CEVR como esquema preferido de gestión. Es un método que indudablemente
mejora el bienestar de los gatos, pero si no va acompañado de un programa
de extracción de individuos y de no retorno de los mismos, no se va a conseguir
una reducción de los efectos adversos sobre la vida silvestre.
Desde ANAPRI entendemos que sobre algunos puntos no va a ser fácil ponernos
de acuerdo, siendo realistas, quizás lo importante sea llegar a un cierto
entendimiento, más que incidir en desacuerdos que ya se producen a nivel
nacional e internacional. Invitamos a nuestro Ayuntamiento a tener una mayor
implicación elevando los recursos necesarios para realizar una gestión más
eficiente sobre las poblaciones de gatos abandonados en nuestro municipio, de forma
que no solo se aseguré su bienestar, sino que también se reduzca su población
todo lo posible para minimizar su impacto negativo sobre nuestra biodiversidad.
Nuestro primer escrito y éste mismo en replica, sólo comunica algo que no es
admisible, denuncias en redes sobre la incapacidad de realizar una labor
subsidiaria por falta de medios (según ADAAC con un diferencial de más de 30MIL
€). Desde ANAPRI no pretendemos inmiscuirnos en las gestiones y trabajos que
realizan tanto el Ayuntamiento como principal responsable en la gestión, como
en el trabajo diario de la asociación ADAAC, y como ya indicamos, quedamos a su
disposición en lo que como asociación podamos realizar. En ANAPRI trabajamos
habitualmente con una herramienta de Ciencia Ciudadana, Inaturalist, con la que
realizamos nuestros censos de aves, hemos abierto un proyecto nuevo para
intentar documentar todos los gatos de Colmenar Viejo y les invitamos a
participar en el mismo. https://www.inaturalist.org/projects/gatos-en-calles-colmenar-viejo
BIBLIOGRAFÍA.
Doherty TS, Glen AS, Nimmo DG, Ritchie EG, Dickman CR. 2016. Invasive
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Gerhold RW, Jessup DA. 2013. Zoonotic diseases associated with free-roaming
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Global Invasive Species Database. 2021. Species profile: Felis catus.
Downloaded from http://www.iucngisd.org/gisd/species.php?sc=24
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Levy, J. K., D. W. Gale, and L. A. Gale. 2003. Evaluation of the effect of a
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Liberg, O., M. Sandell, D. Pontier, and E. Natoli. 2000. Density, spatial
organisation and reproductive tactics in the domestic cat and other felids.
Pages 119–147 in D. C. Turner and P. Bateson, editors. The domestic cat: the
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Longcore T, Rich C, Sullivan LM. 2009. Critical assessment of claims
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Marra PP, Santella C. 2016. Cat wars: the devastating consequences of a
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McRuer DL, Gray LC, Horne L-A, Clark EE Jr. 2017. Free-roaming cat
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Schmidt, P. M., R. R. Lopez, and B. A. Collier. 2007. Survival, fecundity,
and movements of free-roaming cats. Journal of Wildlife Management 71:915–919.
Stull, G. B. 2007. Burlington County Feral Cat Initiative census/progress
report 2007. Burlington County Feral Cat Initiative, Vincentown, New Jersey.
Artículos relacionados.
https://elguadarramista.com/2022/01/19/las-colonias-felinas-del-parque-de-polvoranca/
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