Nuestro tercer día lo comenzamos en la playa de los Lances, en una zona habilitada con observatorio de aves en la desembocadura del río de la Jara. En el trayecto desde el aparcamiento, observamos pajarillos como buitrón, tarabillas y algunos grupos familiares de jilgueros, adultos cebando a juveniles.
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Playa de los Lances. Foto: Fabián Luján. |
En el mar se dejaban ver algunas pardelas cenicientas y alcatraces, y en la playa descansaba un grupito de gaviotas de Audouin y no faltaban algunas garcetas comunes.
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Garceta común (Egretta garcetta). Foto: Fabián Luján. |
Grupitos de lavanderas blancas y boyeras correteaban por la arena de las dunas, y en las orillas del encharcamiento, se alimentaban numerosas limícolas. Correlimos menudo, correlimos común, correlimos zarapitín, andarríos chico, chorlitejo patinegro y chorlitejo grande, se mezclaban en sus idas y venidas perforando cada centímetro de suelo buscando comida.
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Playa de los Lances. Foto: Ana García. |
Entre las limícolas más grandes, tres ostreros daban colorido a la desembocadura, además de observar un zarapito real y varios zarapitos trinadores.
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Zarapito trinador (Numenius phaeopus). Foto: Pedro Juán Sanz. |
A pesar de estar convenientemente acotada la zona, pudimos observar las molestias provocadas por paseantes, a los que pareció importarles bien poco nuestras advertencias de que estaban en un lugar protegido. En fin...
Después del disfrute de primera hora nos fuimos a desayunar a Tarifa. Molletes, zumitos y cafelitos, nos dieron energía para continuar el día.
No podíamos dejar pasar la oportunidad de acercarnos a la isla de Tarifa, punto más meridional de la Península ibérica y donde confluyen Mar Mediterráneo y Océano Atlántico. Mirando al cielo, no dejaban de pasar culebreras y milanos negros.
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Foto: Fabián Luján. |
Después del paseito, nos acercamos al observatorio de Cazalla. La cosa estaba entretenida. Milanos negros, culebreras, abejeros, alguna cigüeña negra solitaria, y el descubrimiento de un gran grupo de cigüeñas blancas.
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Cigüeña blanca (Ciconia ciconia). Foto: Fabián Luján. |
Cicleando pegadas a la costa, el viento de levante las hacía dudar. Se internaban un poco sobre el mar, pero enseguida retrocedían. Tras varios intentos, volaron tierra adentro.
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Cigüeña blanca (Ciconia ciconia). Foto: Fabián Luján. |
La hora de comer se acercaba, y en nuestra programación, teníamos previsto ir a comer a la Barca de Vejer, con la ilusión de poder observar al Ibis Eremita, que tiene en esa localidad una de las colonias de cría. Aunque lo avanzado del verano, hacía difícil la misión, ya que los pollos del año volaron hace semanas, nos aventuramos.
De camino, por el rabillo del ojo, observé en una parcela pegada a la carretera, unos manchurrones negros en un campo labrado. Con alguna duda, pero con la ilusión de que fueran ibis, dimos la vuelta en el primer lugar que pudimos.
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Ibis eremita (Geronticus eremita). Foto: Fabián Luján. |
Al llegar, efectivamente comprobamos que se trataba de un grupo numeroso de Ibis eremita. En total, 23 individuos se repartían por toda la parcela. Unos alimentándose por el suelo y otros en posaderos elevados.
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Ibis eremita (Geronticus eremita). Foto: Pedro Juán Sanz. |
El Ibis Eremita es una especie que estaba catalogada En Peligro Crítico. En 1998 solo quedaban 59 parejas en su último refugio en Marruecos. En 2002, se descubrió una exigua presencia de 7 individuos en Siria, hoy desaparecidos. El apoyo de Birdlife, ha hecho que la población reproductora ronde a día de hoy las 200 parejas en Marruecos. Actualmente existen varios proyectos de reintroducción en Túnez, Austria y España. Todas estas acciones, han hecho que la especie baje un escalón y se sitúe actualmente como "En Peligro"
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Ibis eremita (Geronticus eremita). Foto: Fabián Luján. |
Se desconoce cuando se extinguió el Ibis Eremita en España. El último registro documentado en los manuscritos de cetrería, datan de 1616, donde era nombrado como el "cuervo calvo".
Desde 2004 se pone en marcha en España el Proyecto Eremita. desarrollado por el zoobotánico de Jerez y la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y con el asesoramiento científico de la Estación Biológica de Doñana. A día de hoy, gracias a este proyecto, se contabilizan en libertad más de 100 individuos en la zona de Chiclana-Vejer.
Después de comer, nos acercamos al acantilado donde crían y efectivamente no había ningún individuo. Justo enfrente, un observatorio cuenta con algún panel, donde se informa del proyecto.
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Foto: Eduardo Ramírez. |
A la vuelta, decidimos tomar un café en la playa de Bolonia. La masificación hizo que desistiéramos y huyéramos, parando en el Mirador del estrecho. Después de unos minutos de relax, con unas excepcionales vistas, nos dirigimos al observatorio del Algarrobo.
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Cernícalo. Foto: Fabián Luján |
Los más comunes por aquí seguían siendo las aguilillas calzadas y los cernícalos primillas. Un cuervo con un trozo de pan en el pico, nos sirvió como excusa para retirarnos a cenar y descansar, dando por terminado otro intenso día de disfrute pajaril.
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Cuervo (Corvus corax). Foto: Fabián Luján. |
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