lunes, 28 de marzo de 2016

Ranita de San Antonio (Hyla arborea)

El pasado sábado por la noche nos dimos una vueltecita en busca de anfibios. Uno de los objetivos era observar a la ranita de San Antonio, preciosa especie que no es muy común por nuestras tierras colmenareñas. A las 19:30h quedamos para ir a una charca conocida en la que años anteriores ya habíamos observado a la especie.

Ranita de San Antonio (Hyla arborea)

Como llegamos un poquito antes de que anocheciera, dimos un paseo por la zona, lo que nos permitió escuchar a un autillo y toparnos con un macho de sapo corredor, mucho más común que la ranita de San Antonio.

Ranita de San Antonio (Hyla arborea)

La noche nos deparó alguna sorpresa más, que contaremos en la próxima entrada. Considero que la Ranita de San Antonio merece una entrada para ella solita por su belleza y los buenos momentos que nos hizo pasar.

Ranita de San Antonio (Hyla arborea)

 Se alimentan de todo tipo de insectos, sobre todo mariposas, moscas, grillos y hormigas, que en muchas ocasiones, cazan con gran habilidad, de un salto.


Ranita de San Antonio (Hyla arborea)

Los machos no comen durante esta época, por lo que las reservas que tengan acumuladas previamente, limitan la duración de su estancia en las charcas,y, por tanto, las probabilidades de poder reproducirse.
Las hembras acuden a la llamada y eligen a los machos más grandes a los que identifican por el tono y las repeticiones del canto. Una curiosidad, es que los machos más pequeños no cantan y esperan como machos satélites cerca de un macho dominante, con el objetivo de interceptar a la hembra que se acerque a su reclamo. El amplexus es axilar y dura pocas horas. Las hembras ponen las puestas en zonas poco profundas con vegetación acuática y los huevos eclosionan en dos semanas.

Ranita de San Antonio (Hyla arborea)

En la charca en cuestión había como cuatro individuos canturreando. Es llamativo como una rana tan pequeñita, de apenas 6 cm, emite un sonido tan potente.


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