Agradecer a Mariano Martínez López, la cesión de las maravillosas fotos que ilustran esta entrada en una mañana en la que hemos estado muy entretenidos.
Concentración de cigüeñas. Foto: Mariano Martínez López |
Siguiendo con las cigüeñas, decir que la concentración rondaría los 1500 individuos. Entre ellos este ejemplar con las plumas teñidas de verde. Desde luego si es una forma de marcaje me parece un despropósito. Eso sí, verse se veía muy bien, no la impedía para volar pero como que le desnaturaliza demasiado.
Foto: Mariano Martínez López |
Otras estivales que están aprovechando los recursos que les brindamos con nuestros desperdicios en forma de comida, son los milanos negros. Más de un centenar rondaban y nos deleitaban con vuelos acrobáticos en busca de algún pedacito de comida. En breve nos abandonarán y su nicho lo cubrirán sus parientes los milanos reales, que vienen desde europa a invernar en nuestro territorio.
Milano negro juvenil. Foto: Mariano Martínez López |
Cuervos, grajillas, estorninos y garcillas bueyeras también se movían entre la basura. Y ya hay centenares de gaviotas reidoras y sombrías y entre ellas algunas patiamarillas, menos frecuentes cuando llegue el otoño-invierno.
Gaviota patiamarilla. Foto: Mariano Martínez López |
Salvo por el paraje en las que las observamos, siempre es un placer ver a estas bellas aves en sus vuelos con abundantes piruetas.
Gaviotas. Foto: Mariano Martínez López |
Pudimos leer varias anillas de gaviotas sombrías procedentes de Francia y observamos a un par de buittres marcados. Uno negro y otro leonado. Como suele ocurrir, estaban posados en las laderas del vertedero.
Varias aguilas calzadas nos sobrevolaron provocando alguna situación de pánico en otras especies y en el cielo también tuvimos varios avistamientos de águila culebrera. Un par de veces cerniéndose. Sencillamente espectacular.
Y para rematar, un adulto de alimoche nos vino a visitar y tras dar varias vueltas se poso en la ladera junto a los buitres. Al poco emprendió vuelo hacia el sur.
El alimoche en Madrid dejó de ser reproductor hace años y parece que tampoco tienen el espacio aereo colmenareño como parte de sus rutas migratorias, por lo que el avistamiento nos produjo una enorme alegría.
Alimoche. Foto: Mariano Martínez López |
Cualquier salida al campo nos puede deparar alguna que otra sorpresa y el consiguiente momento de excitación y júbilo.
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