Por segundo año consecutivo, un grupo de amiguetes de Colmenar Viejo y socios de ANAPRI, nos hemos enrolado en una nueva aventura de fin de semana a la Sierra de Andújar, en Jaén, con el firme propósito de regresar habiéndo visto al Lince Ibérico (Linx pardinus). El año pasado no tuvimos suerte. Este año hemos ajustado más las fechas al celo de la especie para tener más probabilidades de avistamiento.
Salimos de Colmenar a las 15:00h del viernes 9 de enero. Llegamos por la noche, y durante la espera a que llegara Ramón, para que nos llevase a nuestro alojamiento rural "Villa Lince", disfrutamos de un espectacular cielo estrellado. Por desgracia, la contaminación lumínica de nuestro lugar de residencia, no nos permite disfrutar en plenitud de este espectáculo natural. Tras llegar a la casa, dejar las cosas y cenar, salimos al porche y nos deleitamos también con el ulular lúgubre de varios cárabos.
Cielo estrellado. Foto: Rafa Gómez. |
A la mañana siguiente, después de un buen desayuno en el alojamiento rural La Caracola, nos dirijimos a la zona de los Escoriales, donde desde un camino, se tiene una vista panorámica de una parte del valle adehesado de la Sierra de Andújar.
Dehesa en Sierra de Andújar. Foto: Rafa Gómez |
Los cuatro magníficos. De izquierda a derecha Rafa, Pedro y los dos Joses |
Desde el camino, comenzamos a hacer barridos con los prismáticos y el telescopio. Yo tengo la suerte de observar un lince durante escasos 3 segundos, momento en el que se pierde detrás de un lentisco, y aunque se formó un remolino alrededor nuestro de muchos ojos mirando a la zona, no le volvimos a localizar. Con ese saborcillo amargo de no haberlo podido disfrutar bien todos, seguimos buscando sin suerte.
A falta de lince, nos entretenemos con la abundante fauna que habita la dehesa. Vemos un imponente jabalí que hoza en el monte totalmente ajeno a los muchos ojos que le observan y entre la vegetación, descubrimos también un grupito de machos de muflón.
Muflones. Foto: Rafa Gómez. |
Avanza la mañana y los estómagos comienzan a lanzarnos señales así que decidimos dirigirnos al mirador de La Lancha, donde con unas espectaculares vistas sobre la presa del Jándula, podemos comer y seguir escudriñando el monte en busca del deseado felino.
En la lejanía, descubrimos un águila real de impresionante porte, posada en unos grandes roquedos.
Águila Real. Foto Rafa Gómez. |
Al poco, un subadulto de águila real, ciclea a baja altura sobre nuestra posición, lo que hace que nuestra pequeña tristeza quede a un lado y disfrutemos a lo grande de tan magnifica y elegante presencia.
Águila Real (Aquila chrysaetos). Foto Rafa Gómez |
Por la tarde nos vamos a probar suerte a la zona del embalse del Encinarejo, también sobre el río Jándula y lugar donde también se puede avistar al lince. Pero esto ya será en la siguiente entrada.
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