El 28 de diciembre del pasado 2013, estuvimos en la laguna de El Oso, en la localidad avulense del mismo nombre. Es una laguna pequeña y cercana a nuestro municipio y donde es fácil ver ciertas especies invernantes, por lo que una escapadita anual no está nada mal.
El principal atractivo es la observación de ansares comunes y grullas en territorio de águila imperial, además de variedad de anátidas y limícolas.
En esta ocasión el número de ansares rondaría los 800 y grullas sólo vimos unas 30, pero se estima que en esos días habría unas 500 por la zona.
Otra de las especies que nunca nos ha fallado, de las hasta ahora escasas veces que hemos ido, ha sido el Esmerejón. En este caso disfrutamos de una hembra o un joven (el macho adulto tiene pecho anaranjado y espalda gris azulado), que posó durante bastante tiempo en esta piedra junto a la laguna a la espera de que algún pajarillo incauto se cruzara en su camino.
Milano real, ratonero, cernícalo vulgar, aguilucho lagunero y pálido completaron la representación de aves rapaces.
Cerca del observatorio y en la escasa vegetación presente, disfrutamos de mosquitero común, chochín, triguero y gorriones común y molinero.
Ánade real, cuchara, silbón, cerceta común, ánade friso, garza real, cigüeña blanca y un zarapito real se dejaron ver alimentándose y entre los ánsares comunes la joya del día: una barnacla cariblanca.
Se llevaba viéndo más de un mes y allí la localizamos entre el numeroso grupo de gansos. Unas veces en el agua, otras en los campos, otras comiendo y otras descansando.
Y así pasó el día, regresando al atardecer y con la idea clara de volver.
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