martes, 8 de febrero de 2011

Día Mundial de los Humedales 2011

El pasado sábado 5 de febrero ANAPRI realizó una senda por el embalse de Guadalix de la Sierra (Madrid) con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales. Coincide esta celebración con el 40 aniversario de la firma del Convenio sobre los Humedales que se produjo el 2 de febrero de 1971 en la ciudad israelí de Ramsar.

Con este convenio se creó una lista de las zonas húmedas de mayor importancia a nivel internacional. Pertenecen a esta lista lagunas como la de Gallocanta y Villafáfila, al igual que Parques Nacionales como Doñana y las Tablas de Daimiel. Estas últimas estuvieron a punto de dejar de pertenecer a tan importante lista por el gran número de pozos ilegales que han dejado a un nivel ínfimo el acuífero, y por no poner los medios necesarios para evitarlos por parte de las diferentes administraciones.

No tan importante como los anteriormente citados es el embalse de Guadalix de la Sierra. Pero un continuado seguimiento de su fauna a lo largo de los años está haciéndo, que al menos a nivel de la Comunidad de Madrid, sea considerado como un lugar importante para las aves. Así lo vemos desde ANAPRI.

Amaneció el día despejado y soleado. Nos juntamos un total de 14 personas que disfrutamos de una espectacular mañana y de buen número de aves.



Nada más llegar, y antes de echar un vistazo al agua, un triguero nos recibía con su peculiar canto, mientras un alcaudón real reposaba en lo alto de un fresno.

En la laguna había muchas gaviotas sombrías, gaviotas reidoras, fochas comunes, ánades reales y ánades frisos.

Entre observación y observación algunas explicaciones e interesantes conversaciones sobre el comportamiento de las diferentes especies.



Afinando con nuestro telescopio también descubrimos pequeños bandos de cercetas comunes que, de vez en cuando, sorprendían con su veloz y ágil vuelo.

Todo lo contrario lo pudimos observar con otras de las protagonistas del día. Me refiero a las preciosas avefrías que cuando decidían desplazarse nos hacían fijarnos en las maneras de volar de las diferentes especies. En este caso el vuelo es como pesado, con pocos aleteos.
De nuevo otra especie, otra forma de volar. Las agachadizas salieron a nuestro paso, y una vez más un vuelo diferente. Veloz y zigzagueante.

Estuvimos también varios minutos mirando una garza real que, con el cuello estirado, pasaba casi desapercibida entre la vegetación alta en la que se encontraba.

Cigüeñas, cernícalos y milanos reales fueron otras de las especies que pudimos observar volando por encima de nosotros.

De nuevo en el agua, algunos cormoranes grandes descansando y otros pescando, y entre los patos buceadores un nutrido grupo de porrones europeos con sus constantes zambullidas y un solitario pero precioso macho de porrón moñudo.


Una vez más disfrutamos de un buen día de campo y con la idea que siempre se nos queda en la cabeza: “Guadalix no defrauda”







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