Tradicionalmente, las cajas nido han sido colocadas en bosques para aumentar la población de aves insectívoras que, a su vez, controlen las posibles plagas de orugas e insectos.
Entre estas especies destaca el carbonero común (Parus major) de amplia distribución y presente en casi cualquier ecosistema.
Los nidos de carbonero común son construidos con una base de musgo sobre la cual tapizan la cazoleta con pelo de diferentes animales.
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