Con una bandeja de plástico o recipiente similar y unas migas de pan se puede ayudar a diferentes especies de aves a pasar el duro invierno. Esta fue la idea principal por la que se me ocurrió poner un comedero en el alféizar de la ventana de mi casa, un cuarto piso en Colmenar Viejo (Madrid).
Mis espectativas no alcanzaban más allá que la alimentación y observación de los comunes gorriones (Passer domesticus), pero la sorpresa ha sido mayor. Quizás por el invierno con tantas nevadas que estamos teniendo el comedero ha sido utilizado en buen número y a diario por estorninos negros (Sturnus unicolor) y con menos frecuencia pero con cierta regularidad por al menos 2 colirrojos tizones (1 macho adulto y 1 hembra o macho de primer año). Ambas especies son las que se pueden ver en el video.
De manera puntual lo utilizaron también un petirrojo (Erithacus rubecula) y un mirlo común (Turdus merula) y esta mañana han andado muy cerquita un herrerillo común (Parus caeruleus) y un macho de roquero solitario (Montícola solitarius).
Con la sensación de haber beneficiado a estas aves en días de escasez y el indudable disfrute personal, animo a todo el mundo a poner sencillos comederos en las ventanas de casa, eso sí, siendo conscientes de que tiene algunos efectos secundarios (cantidad y variedad de deyecciones).
Yo vivo en una gran cuidad y aquí la comida para las aves escasea, así que mi marido y yo decidimos poner uno en nuestra ventana. Tardaron unos cuantos días en localizarlo, pero ahora vienen gorriones todos los días, es una delicia verlos. Animo a toda la gente amante de los animales a hacerlo, además de satisfacción personal ayudamos al medio ambiente.
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