Su estatus en la provincia es sedentario con cifras reducidas aunque aparentemente en expansión.
Su pequeño tamaño (15 cm), como un gorrión común, y su querencia por las ramas altas y finas, le hacen pasar fácilmente desapercibido.
Se le puede localizar por su canto parecido al del Torcecuello o al cernícalo vulgar y por su tamborileo más débil y largo que el de el Pico picapinos.
Nosotros lo hemos podido observar en sotos con chopos y robledales de Manzanares el Real, Soto del Real, Guadalix de la Sierra y en la ribera del río Jarama.
En la fotografía, un macho capturado por el grupo ÁLULA para anillamiento científico en los sotos del Jarama y posteriormente puesto en libertad.
Para terminar ponemos un vídeo, que aunque no es de una gran calidad, consideramos que tiene cierta importancia como documento gráfico.
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