sábado, 22 de octubre de 2022

Delta del Ebro. Septiembre 2022-1

Retomamos la actividad de nuestra web para hacer la crónica del viaje, que entre el 7 y el 11 de septiembre, realizamos casi 20 socios al Delta del Ebro.
Llegamos a nuestro destino como a las tres de la tarde. Allí ya nos esperaban algunos compis que llegaron antes, y Nuria y Fabián que llevaban algún día más. 
Para ir abriendo boca, Fabián nos enseñaba un fotón que le había hecho a un precioso avetorillo. Sabíamos que le íbamos a ver, pero verlo tan bien, teníamos serias dudas.

Avetorillo común (Ixobrychus minutus). Foto: Fabián Luján

A eso de las 17:30h después de comer y tener un poquito de sobremesa, nos dirigimos a nuestro primer destino para comenzar a observar aves. En los arrozales ya recolectados, se concentraban un gran número de ellas, destacando los numerosos moritos.

Concentración de aves en arrozal recolectado. Foto: Fabián Luján

Algunas gaviotas sombrías, reidoras y patiamarillas, además de garzas reales, alguna garza imperial y numerosas garcillas bueyeras, acompañaban en las numerosas concentraciones.

Garcilla bueyera (Bubulcus ibis). Foto: Fabián Luján

Nuestra primera parada fue en el observatorio de La Tancada. En la laguna los primeros flamencos, algunos deleitándonos con sus estilizados vuelos.

Flamencos (Phoenicopterus ruber). Foto: Fabián Luján

Flamencos (Phoenicopterus ruber). Foto: Eduardo Ramírez.

Al otro lado de la carretera, en el saladar de las antiguas salinas de Sant Antoni, se movía alguna garceta grande.

Garceta grande (Ardea alba). Foto: Fabián Luján.

Repartíamos nuestro tiempo de observación a ambos lados. Junto a la laguna una garza real descansaba en la orilla, y a lo lejos observamos a las dos primeras águilas pescadoras.

Garza real (Ardea cinerea). Foto: Fabián Luján.

De nuevo en el saladar, algunos flamencos se alimentaban más cerquita del observatorio.

Flamencos (Phoenicopterus ruber). Foto: Fabián Luján

Flamenco (Phoenicopterus ruber). Foto: Fabián Luján

Rebuscando iban apareciendo diferentes especies. Cigüeñuela, vuelvepiedras, chorlitejo grande, chorlitejo patinegro, correlimos común, correlimos menudo

Cigüeñuela (Himantopus himantopus). Foto: Fabián Luján

Vuelvepiedras (Arenaria interpres). Foto: Fabián Luján

Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula). Foto: Fabián Luján

Chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus). Foto:Pedro J. Sanz

Habría unas 10-12 pagaza piquirroja. Nos tuvieron muy entretenidos con sus idas y venidas, y sus cernidos en busca de peces, seguidos de espectaculares picados.

Pagaza piquirroja (Sterna caspia). Foto: Fabián Luján.

Entre las salicornias, de vez en cuando asomaba la cabeza algún flamenco, dejando estas curiosas estampas.

Flamenco (Phoenicopterus ruber). Foto: Fabián Luján

En las isletas de la laguna descansaban un par de chorlitos grises, sendos zarapitos trinadores y en el agua se alimentaba un zarapito real.

Zarapito real (Numenius arquata). Foto: Fabián Luján

El calor era intenso, y la tarde avanzaba deprisa, por lo que decidimos desplazarnos hasta la laguna de Riet Vell, al observatorio gestionado por SEO/Birdlife.
El recorrido desde el parkin, nos deparó observaciones de papamoscas gris, cerrojillo, gorrión molinero, un par de abubillas y una tarabilla norteña.

Tarabilla norteña (Saxicola rubetra). Foto: Ricardo Rodero.

Ya acoplados en el observatorio, con un calor infernal, por cierto, comenzamos a divertirnos con los simpáticos zampullines.  

Observando en Riet Vell. Foto: Raquel Bocca.

Pollos y adultos se sumergían constantemente, y los pollos, en muchas ocasiones, perseguían a sus progenitores pidiéndoles comida.

Joven zampullín común (Tachybaptus ruficollis). Foto: Pedro J. Sanz

Zampullín común (Tachybaptus ruficollis). Foto: Pedro J. Sanz

Al fondo había flamencos. En una isleta buen número de moritos, acompañados de garcilla bueyera. Un joven de fumarel cariblanco reclamaba llamando a los adultos para ser cebado. Y entre las anátidas, cuchara, ánade friso, un par de cercetas comunes, un tarro blanco, y numerosos ánades reales.

Ánade real (Anas platyrhynchos). Foto: Pedro J. Sanz

Los carrizos tenían su ornitofauna asociada. Entre los pajarillos, el más ubicuo era el carricero común.

Carricero común (Acrocephalus scirpaceus). Foto: Ricardo Rodero

No faltaba el pequeño cetia ruiseñor, que como es habitual, se dejó ver bien en contadas ocasiones.

Cetia ruiseñor (Cettia cetti). Foto: Pedro J. Sanz

El calamón, con su espectacular color azul añil, se movía por la base de los carrizos, de los que se alimenta.

Calamón (Porphyrio porphyrio). Foto: Pedro J. Sanz

Y un único carricero tordal se mostró escasos segundos. No todos pudimos verlo.

Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus). Foto: Ricardo Rodero

De repente, al aviso de "pechiazul", todos miramos a un taray donde se había posado, para sorpresa de todos.

Ruiseñor pechiazul (Luscinia svecica). Foto: Ricardo Rodero.

Igual de emocionantes fueron las pasadas y persecuciones de un par de martines pescadores. No pasó mucho tiempo para que se posaran en las ramitas colocadas a tal efecto, para deleite de todos los presentes.

Martín pescador (Alcedo atthis). Foto: Pedro J. Sanz

Martín pescador (Alcedo atthis). Foto: Pedro J. Sanz

La tarde continuaba sin pausa, y en el arbolado del fondo, a los martinetes que allí descansaban, se les iban uniendo otros que llegaban diseminadamente en vuelo.

Martinetes (Nycticorax nycticorax). Foto: Ricardo Rodero

También llegaban al dormidero las primeras garcillas cangrejeras. Al poco vimos cruzar un avetorillo, que estuvo a la vista pocos segundos para nuestro disgusto. Pero cuando vimos las fotos, descubrimos que cuando fotografiamos a las recién llegadas garcillas cangrejeras, a su izquierda, bien camuflada en los carrizos, descansaba una hembra. La ves???

Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides). Foto: Ricardo Rodero


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