jueves, 6 de julio de 2017

Dehesa de Navalvillar 4-5/Julio 2017

Esta semana hemos hecho un par de visitas a la dehesa de Navalvillar con el fin de ir ultimando la recogida de datos para la publicación, a finales de año, de una guía sobre aves de la dehesa. Hicimos dos salidas, una al aterdecer del día 4 y otra al amanecer del día 5. La del atardecer, con el objetivo de detectar rapaces y aves nocturnas, y ambas para evitar el calor de las horas centrales del día. La visita del atardecer fue muy productiva. Además de disfrutar de zorros, corzos y bastantes rapaces diurnas, completamos el objetivo detectando autillo, mochuelo y alcaraván escuchando sus reclamos y observando al chotacabras pardo y al búho real en lo alto del roquedo recortando la silueta con el cielo en las últimas luces del día.
Al día siguiente estabamos de nuevo allí desde primera hora. Los alcaudones comunes con sus juveniles son los más ruidosos y visibles, contándose por decenas.

Alcaudón común joven (Lanius senator)

Llamativo fue también descubrir a un joven de críalo reclamando y persiguiendo continuamente a sus padres adoptivos, las urracas. El críalo es un ave parásita de la urraca. Coloca un huevo en el nido y sin darse cuenta, las urracas lo crían como suyo. Curioso, ya que a las urracas, se las tiene como a una de las aves más inteligentes del planeta.

Urraca-Críalo (Pica pica-Clamator glandarius)

El estío veraniego hace que los pajarillos no estén tan activos y lo que más se escuchan son jóvenes reclamando comida y emitiendo señales de alarma. En una de las ocasiones que detectamos un mirlo con su típica señal de alarma, logramos localizarle en vuelo bajo por el cauce del arroyo Tejada, perseguido por un adulto de alcaudón real, que aunque son prácticamente del mismo tamaño, parecía tener una intención clara de darle caza. La naturaleza no deja de sorprendernos. Y para sorpresa, el descubrimiento de un ave grande negra, posada relativamente cerquita de nuestra posición. Buitre negro fue nuestra primera impresión. Al poner los prismáticos alucinábamos, !!!!es la imperial¡¡¡. La pillamos por la espalda y distraída, lo que nos dió unos pocos segundos para desenfundar la cámara e inmortalizar el momento.

Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti). Foto: Eduardo Ramírez.

Águila Imperial Ibérica (Aquila adalberti).
Un poco más adelante, tuvimos también la suerte de toparnos con un buitre negro que también posó para nosotros varios segundos antes de emprender el vuelo.
Buitre negro (Aegypius monachus). Foto Eduardo Ramírez.
Para finalizar, disfrutamos de las garcillas bueyeras persiguiendo al ganado y alimentándose de los insectos que salen a su paso. Esa milenaria relación es la que le da el apellido a su nombre.

Garcilla bueyera (Bubulcus ibis)

1 comentario:

rapaz salvaje dijo...

Muy chula la foto del águila imperial y aún más la del buitre negro. Que suerte poder verlos todos en el mismo día, aunque yo también tuve buenas observaciones el viernes 30, avetoro y porrones pardos en Velilla de San Antonio. Un saludo, Rapaz Salvaje.