miércoles, 8 de septiembre de 2021

Viaje a Galicia (Muxía y alrededores). 2

El segundo día de nuestro viaje llegaba el momento más esperado, que no era ni más ni menos que la salida en barco en busca de aves pelágicas.
A las 7:30h de la mañana estábamos en el puerto de Muxía.

Los participantes de ANAPRI en la excursión. Foto: Raquel Bocca

Ordenadamente, y después de las consignas de seguridad y uso del barco por parte de Carlos, el patrón, y nuestro guía Dani López-Velasco, entramos y nos acomodamos en el Eureka.

Foto: Raquel Bocca

Foto: Raquel Bocca

La salida del puerto con el sol a nuestras espaldas, nos dejó unas bonitas estampas.

Foto: Eduardo Ramírez.

Perseguidos por un buen número de gaviotas, principalmente patiamarillas y algunas sombrías, nos íbamos alejando de la costa, en un mar inusuálmente en calma.
En nuestro trayecto comenzaban a aparecer las primeras aves marinas, las que se mueven más cerca de la costa. 
Guiándonos por las indicaciones horarias de un reloj analógico, localizamos los primeros alcatraces. A la voz de "alcatraz a las doce", ahí encontramos volando al primero de ellos, que nos llegaba de frente y cercano.

Alcatraz atlántico (Morus bassanus). Foto: Fabián Luján

Alcatraz atlántico (Morus bassanus). Foto: Fabián Luján

Impresionante poder observar a estas aves con una envergadura de entre 1,70m y 1,90m a escasa distancia del barco.
Las observaciones se repetían, pudiendo apreciar los diferentes plumajes de aves de diferentes edades.

Alcatraz atlántico (Morus bassanus). Foto: Fabián Luján

Alcatraz atlántico (Morus bassanus). Fabián Luján

Comenzaban a verse también las primeras pardelas cenicientas con sus vuelos bajos muy cercanos a la lámina de agua del mar en calma.

Pardela cenicienta (Calonectris diomedea). Foto: Fabián Luján

Pardela cenicienta. Foto: Fabián Luján

Más pequeñas, con un batir de alas más rápido y con un color más sucio en el pecho, pudimos descubrir también algunas pardelas baleares.

Pardela balear (Puffinus mauretanicus)

Dani nos canta "pardela sombría a las 9:00". Fugaz observación de un individuo lejano que se distancia de la embarcación.Un mosquitero musical pasa volando junto al barco a varias millas de la costa, y descubrimos algún grupito de correlimos tridáctilo con su veloz vuelo. 
Por la popa del barco, y entre las gaviotas, se acerca un págalo grande.

Págalo grande (Catharacta skua). Foto: Fabián Luján


Minutos después aparece la primera pardela pichoneta, en la que destaca el color blanco níveo de su parte inferior, que ayuda a diferenciarla de las baleares y las cenicientas que seguíamos observando.

Pardela pichoneta (Puffinus puffinus). Foto: Fabián Luján


Pardela cenicienta (Calonectris diomedea). Foto: Fabián Luján

No faltó algún charrán que se acercó a la embarcación y que fue hostigado y perseguido por varias gaviotas, deshaciéndose del acoso con gran solvencia.

Charrán común (Sterna hirundo). Foto: Fabián Luján

Comenzaban los avistamientos de págalos parásitos en sus diferentes morfos, pálidos y oscuros. Uno de estos últimos lo vimos  relativamente cerca del barco.

Págalo parásito (Stercorarius parasiticus). Foto: Fabián Luján

Págalo parásito (Stercorarius parasiticus). Foto: Fabián Luján

Hasta que Dani canta "Págalo pomarino". Absortos y alucinados se nos acerca y pasa por encima del barco, dando alguna vuelta alrededor, proporcionándonos unos segundos increibles de avistamiento.

Págalo pomarino (Stercorarius pomarinus). Foto: Fabián Luján

Págalo pomarino (Stercorarius pomarinus). Foto: Ricardo Rodero.

Págalo pomarino (Stercorarius pomarinus). Foto: Fabián Luján

Después de la emoción del momento, seguimos observando y vamos descubriendo algún alcatraz y pardela cenicienta posados en el agua, momento que Carlos, el capitán del barco, aprovecha para acercarnos lentamente.

Alcatraz atlántico (Morus bassanus). Foto: Fabián Luján

Alcatraz atlántico (Morus bassanus). Foto: Fabián Luján.

Pardela cenicienta (Calonectris diomedea). Foto: Fabián Luján

Observar a todas estas aves tan cerca y poder ver todos los detalles de su fisonomía y coloridos del plumaje, es todo un lujo que nos emociona a todos los amantes de las aves.
Detectamos las primeras gaviotas de sabine, primero lejanas, pero con el paso del tiempo descubrimos alguna posada en el agua que nos permite acercarnos y, disfrutamos especialmente de una en vuelo muy cercano.
Gaviota de sabine (Larus sabini). Foto: Samuel de la Torre

Gaviota de sabine (Larus sabini). Foto: Fabián Luján

Han pasado cuatro horas, y es el momento de detenerse y echar aceite de pescado para atraer otras aves que se acercan al detectar el olor. Comienza a aparecer una niebla que poco a poco se acerca. Vemos alguna pardela balear, alguna cenicienta, algún págalo parásito y lejos vemos en diferentes momentos a tres paiños comunes. De repente a las 6:00, en popa, canto "fulmar". Dani pega un bote cogiendo la cámara a la vez que nos va diciendo que no es muy común verlo por ahí. unas efímeras pasadas junto al barco nos alegran la vista, y la pericia de los fotógrafos del grupo dejan retratado tan interesante avistamiento.

Fulmar boreal (Fulmarus glacialis). Foto: Samuel de la Torre.

Fulmar boreal (Fulmarus glacialis). Foto: Fabián Luján

Fulmar boreal (Fulmarus glacialis). Foto: Fabián Luján

La niebla nos absorbe y algo apesadumbrados por la invisivilidad de la vuelta, regresamos, sin que el contratiempo nos borre los inmejorables momentos vividos.

Foto: Eduardo Ramírez


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