sábado, 24 de julio de 2021

De luciérnagas y otros animales nocturnos.

Los anocheceres veraniegos son momentos muy agradables para compatibilizar le huida del calor, con la búsqueda de singulares seres nocturnos. 
Desde finales de junio y hasta mediados de agosto, podemos buscar la mágica presencia de las escasas luciérnagas que rodean nuestros pueblos.

Luciérnaga. Foto Eduardo Ramírez.

En esta última semana, hemos muestreado varios caminos de Colmenar, en busca de estos magníficos insectos.

Luciérnaga. Foto Christian Serrano.

Mucho más escasas que en décadas anteriores, afortunadamente todavía podemos disfrutar de sus centelleantes luminiscencias, que emplean las hembras para atraer a los machos.

Los peligros que acechan su conservación, son el uso de pesticidas, plaguicidas y contaminación atmosférica, además de la ilegal recolección para tenerlas en un bote en casa, donde acaban muriendo, y particularmente la contaminación lumínica, que acaba despistando a los machos, evitando la reproducción.

Para más información, podéis ver otra entrada que ya hiciéramos sobre la especie, en este enlace. 

http://anapri-asociacionnaturalistaprimilla.blogspot.com/2019/10/luciernagas.html

Luciérnaga

Pero las salidas nocturnas también nos han reportado interesantes observaciones y momentos. Desde la escucha del canto del búho real y el mochuelo, hasta el descubrimiento de alguna de sus presas, como es la pequeña musaraña, en este caso encontrada muerta en mitad de un camino.

Musaraña

Pero el momento más emocionante, fue el encuentro frontal con un tejón. Mientras caminábamos por uno de los caminos, a lo lejos, descubrimos una bola oscura, sobre el blanco de la arena. Inmóviles como una estatua, esperábamos que nos descubriera y saliese huyendo a toda velocidad. Lejos de eso, observamos como continua su camino hacia nosotros a trote tejonero. La emoción iba en aumento, y por supuesto los nervios de ver como reaccionaría cuando nos detectara.

Tejón

A 1m de nosotros se paró. El corazón nos latía rapidito. Movimientos algo nerviosos olisqueando en varias direcciones, parecen indicarle que delante de él hay algo desconocido, pero que prefiere evitar, por lo que nos rodea levemente y acelera el paso para perderse entre el elevado pastizal.

Tejón

Estas cosas no pasan muy a menudo, por lo que seguro se nos quedará como un recerdo imborrable.

Tampoco ha faltado el avistamiento de algunos chotacabras pardo que se acercan a los caminos a capturar mariposas nocturnas, y por último, disfrutamos de un pequeño topillo, que nos cruzó a la carrera y que pudimos diferenciar del abundante ratón de campo, por la corta cola que les caracteriza.

Topillo

Topillo

 

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