Gracias a la dirección del Centro que ha mostrado un gran interés y sensibilidad en temas ambientales, hemos podido poner en funcionamiento un bonito proyecto para la conservación de la avifauna y el aumento de la Biodiversidad.
A las 10:30h llegamos a la granja, donde con ilusión y alegría ejerzo mi profesión como educador, e inmediatamente nos dirigimos a uno de los talleres a explicar a los más peques en qué consiste el proyecto y lo que íbamos a hacer en esta jornada.
El proyecto consiste en la construcción y colocación de cajas nido en la granja escuela.
Varios son los factores que hacen que estén presentes las especies en los diferentes hábitat. Los factores principales son: la abundancia de comida y presencia de lugares óptimos para su nidificación. Es en el segundo aspecto donde intentamos incidir. Poner a su disposición cajas nido adaptadas a sus necesidades, puede hacer que la población de varias especies crezca.
Para la construcción de las cajas nido, hemos utilizado tableros de madera de pino con certificación PEFC, que promueve la gestión sostenible de los bosques para conseguir un equilibrio social, económico y medioambiental de los mismos, contribuyendo al mantenimiento de numerosos ecosistemas y a la diversidad biológica.
Para mantener la durabilidad en el tiempo, hemos aplicado un par de capas de aceite de linaza (aceite natural sin aditivos químicos especial para la protección e impermeabilización de la madera).
Después de las explicaciones, repartimos 10 cajas nido para aves insectívoras, que por grupos familiares fueron construyendo.
La satisfacción de lo realizado se puede ver en la cara de los niños participantes, que además, personalizaron las cajas con sus nombres.
Después tocaba ir buscando los mejores sitios para ir colocándolas.
También hubo tiempo para irse entreteniendo observando los diferentes animales de la granja como vacas, ovejas, caballos, cerdos vietnamitas, pavos reales y nuestro emú.
Además de las cajas para insectívoros, colocamos una caja para lechuza en un altillo oscuro junto al establo.
Otra caja grande, simulaba el hueco dejado por la ruptura de una rama, donde buscamos la atracción de otra especie de rapaz nocturna como es el cárabo.
También colocamos 4 cajas medianas para favorecer la reproducción del más pequeño de nuestros búhos, el autillo, que a punto están de llegar de África de pasar el invierno.
Por último, la ubicación de la granja en terrenos esteparios cerealistas, nos animó a colocar también una caja nido para cernícalo vulgar.
No quisimos dejar pasar la ocasión de la coincidencia en fecha con la celebración del Día Internacional de la Mujer, y aprovechamos para poner el nombre de algunas ornitólogas destacadas en cuatro de las cajas nido. Emily williamson y Etta Lemmon nacidas a mitad del siglo XVIII en Gran Bretaña y fundadoras de la RSPB Royal Society for tha Protection of Birds en el año 1891; Harriet Hemenway y Minna B. Hall, al otro lado del charco, fueron fundadoras en el año 1896 de la Sociedad Audubon en Estados Unidos. En ambos casos, el principal objetivo era frenar el comercio de plumas que adornaban los sombreros de la época.
Margaret Morse Nice fue una ornitóloga que comenzó, en 1928, a observar y anillar al gorrión cantor en EEUU, y anotó cuidadosamente todos los comportamientos que observaba. Esta forma de trabajar, metódica y concienzuda fue el inicio de la Ornitología moderna.
Por último, Rosemary Grant, ornitóloga británica, junto a su marido, comenzaron en el año 1973 a estudiar a los pinzones en la isla "Daphne Mayor" del archipiélago de las galápagos. El detalle y la serie de años de toma de datos, permitieron determinar que cambios en la ecologia y el entorno pueden inducir cambios evolutivos para dar lugar a nuevas especies.
Ahora solo queda esperar que nuestras casitas les resulten acojedoras a las especies de aves residentes en el entorno.
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